Los salvadoreños rinden homenaje este miércoles al arzobispo Óscar Arnulfo Romero, quien fue asesinado hace treinta años a manos de un francotirador bajo la orden de grupos de extrema derecha, este crimen permanece impune por lo que organizaciones sociales exigen justicia a los responsables para evitar que eventos similares vuelvan a ocurrir.
Las organizaciones sociales de El Salvador decidieron recordar al arzobispo con una misa en la capilla del hospital para enfermos de cáncer, lugar donde murió Romero el 24 de marzo de 1980 cuando terminaba de oficiar una de las ceremonias en las que condenaba a la represión de las dictaduras de esa época.
En el año de 1993, una comisión de la verdad dispuso que el autor intelectual del asesinato fue Roberto D'Aubisson, quien fue mayor y fundador del partido Alianza Renovadora Nacionalista (ARENA).
En ese mismo año, se aprobó una ley de amnistía que congeló las averiguaciones en relación a las violaciones de los derechos humanos en medio del conflicto armado que sucedió en ese país entre 1980 y 1992, tiempo en el que se suscribieron tratados de paz.
Se prevé que en horas de la tarde de este miércoles, la principal conmemoración se realice en la catedral Metropolitana, con una misa oficiada por el obispo de San Cristóbal de las Casas, del estado mexicano de Chiapas (sur).
Los homenajes al conocido "la voz de los sin voz" comenzaron el pasado 13 de marzo con un concierto organizado por el Gobierno de Mauricio Funes, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMNL), convirtiéndose así en la primera ocasión en que autoridades gubernamentales participan en este tipo de actos.
El parlamento salvadoreño decretó el 24 de marzo como Día Nacional de monseñor Óscar Arnulfo Romero, iniciativa a la que se opuso el partido ARENA, fundado por D'Abuisson, presunto autor intelectual del crimen del arzobispo.
El Salvador estuvo bajo el poder del partido ARENA durante 20 años, hasta que fue derrotado por el FMNL en las elecciones generales del 15 de marzo de 2009 .
Los estudiosos de la vida de Romero señalaron que su acercamiento a los pobres y la defensa de los derechos humanos se acentuó ante la represión de las dictaduras militares de los años de 1970.
Romero antes de su muerte, había exigido a los militares y gobernantes de la dictadura salvadoreña cesar la ola de crímenes que se cometían en el país centroamericano.
"En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno, en nombre de Dios: Al cese de la represión", exclamó monseñor, 24 horas antes de que fuese asesinado.
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