Por Pascual Ortiz
Lo de HOY.
“la conducta de un juez en su vida
pública como en su vida privada, debe desenvolverse de espalda a los vicios, y
a la corrupción evitando que su más sencilla actuación infrinja la ley y manche
su decoro.”
Palacio de Justicia Santiago Rodriguez
El informe que ofrece el Liceo Librado
Eugenio Belliard, de lo que aconteció el pasado 27 de octubre del 2016.
Encontramos la verdad, de una acción propiciada por una madre, pero no
cualquier madre. Se llama Claudia Canaán, quien como juez “debe
tener la capacidad de ser receptor de todas las injusticias sociales, de
comprender los móviles de la conducta humana, de penetrar hasta donde
humanamente pueda las intimidades del ser, para poder valorar su conducta a la
luz de las leyes.”
Juez Claudia Canaan
Cuando se ocupa una posición como
esta, de juez. “No basta entonces ser un juez sabio, conocedor de
las intimidades de la ciencia jurídica, profundamente versado en la doctrina de
autores, sino que también le es indispensable tener muy arraigado el
sentimiento de la justicia, firmemente acendrada la excelsa virtud de la
equidad. Esto último no se aprende en lo códigos, ni son enseñanzas explicitas
que le suministran las leyes que debe aplicar, sino que son mandatos morales de
la conciencia, principios eternos que se vivifican cuando se tiene que ejercer
ese poder inmaterial y grandioso de juzgar.”
El expediente que instrumentalizo la
fiscal de niños, niñas y Adolescentes, Martha Breton; debió imputar a la madre
del joven agresor, Claudia Canaán. Porque los hechos son los que
hablan.
Los actores que administran justicia,
en la Provincia Santiago Rodríguez, son lo más llamado a cumplir con los
mandatos, que esta impone. Aquí los
sucesos se van dando de tal manera que uno supera el otro. Y pasan
días, meses, años y los casos se pierden en el tiempo.
Asesinatos, violaciones, actos
terroristas, implicados en drogas, robo en todas sus manifestaciones
(ganados-comercio-centro de venta de lotería- hogares-escuelas); son actos que
no se ventilan y si llegan a un juicio, es para guardar las formas.
Juez Juan Miguel Perez
La Juez Claudia Canaán ha sido
investigada por otros hechos. El Juez Juan Miguel Pérez, ha evacuados sentencia
increíbles, injustificables y violado otras normas legales. Sin embargo,
el juez es “un arquitecto de la nueva sociedad que lo rodea, un fiel
intérprete de sus afanes, un artífice de la convivencia. Juzguen
pues, ustedes el acontecer de los jueces de Santiago Rodríguez.
El ministerio público, también ha
creado escándalos por su forma de hacer las investigaciones e instrumentar los
expedientes, de los casos delictivos que acontecen. Hasta ahora, estos se
han sabido proteger, unos y otros.
Esta es la justicia más selectiva e
injusta. Cuyos actores no tienen pudor público para escandalizar y evacuar
sentencias inhumanas, carente de apego a los legítimos procedimientos. Esta ha
causado daño, sin miramientos, sin importar la
magnitud de los mismos... Qué más da? siempre quienes salen dañados, afectados,
son los pobres, porque esta tiene una lupa, que todo lo ve en función
de intereses particulares.
La irresponsabilidad de quienes
administran e imparten justicia en Sabaneta no soporta más parche, más cloro, ni tapadera del cuadro clínico
cancerígeno y moribundo de la misma. Porque “la conducta de un
juez en su vida pública como en su vida privada, debe desenvolverse de espalda
a los vicios, y a la corrupción evitando que su más sencilla actuación infrinja
la ley y manche su decoro.”
Es necesario una investigación seria
(de este hechos y otros), responsable y que no vengan a seguir ocultando estas
indelicadezas de los honorables jueces y otro, como el ministerio público, que por
omisión o complicidad, han demostrados no tener capacidad para los cargos
que ocupan.
Exponer esta realidad no es
aprovechar un hecho
en particular, es demandar justicia, protección para
una población que necesita que la justicia actúe apegada a las
normas. Por quienes están llamados a
protegerla. Y que quienes comentan daños que estén reñidos por las leyes
dominicanas, paguen con lo que expresan e indica esta.
Independientemente de que la justicia
dominicana se está asando en su propia zarza. Es necesario dejar constancia de
que no puede uno ser indiferente. El costo puede ser más injusticia, la verdad
no puede ser más ocultadas. Pero eso dependerá de la actitud de los ciudadanos.
La historia se escribe de hechos, no de
supuesto. Esta nos ha mostrado que a pesar de todo, ella se hace desde la
realidad y desde esa realidad se hace evidente los acontecimientos y sucesos.
La consecuencia de la violencia
familiar que estamos viviendo en cada hecho cotidiano. Nos muestra que las
mayorías de los padres, madres o tutores no están asumiendo su responsabilidad
de educar en valores.
Todas las familias son afectadas de una
o de otra manera. No importa que tan encerrada y segura viva en su casa. Claro
está, cuidarla, formarla y acompañarla, es la responsabilidad de padres, madres,
los hijos/as, tutores, el estado y toda la sociedad.
Aunque la sociedad está fragmentada,
dividida, complicada e injusta. Debemos hacer lo que nos corresponde para que
esta se ordene, para garantizar los derechos y deberes de todos sus miembros.
Una respuesta a estas situaciones
que vive la sociedad, es la orientación que nos hace el Santo Padre Francisco a los Obispos, a los
presbíteros y diáconos. A las personas consagradas y a los esposos cristianos
sobre; EL AMOR EN LA FAMILIA. Con la Exhortación apostólica postsinodal, AMORIS
LAETITIA.
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