La tierra “GIME Y SUFRE DE PARTO”
Ante del papa Francisco visitar Ecuador, Bolivia y Paraguay. Nos comunicó en su CARTA ENCÍCLICA LAUDATO SI’, la necesidad de vivir en armonía con la casa común, la tierra.
El Papa Francisco se dirigio al
mundo dando una voz de alerta a la furia industrialista, consumista y simplista
sobre la situación ambiental. El papa nos invita a hacer un cambio de rumbo. Para que podamos
asegurar así, el futuro de la tierra, la vida. Cambio de actitud, partiendo de
nuestra propia vida cotidiana. Porque la tierra “gime y sufre de parto” (Rm
8,22).
El Pontífice menciono los puntos más importantes sobre la
sostenibilidad. Nos invito a no olvidar que el ser humano no debe entender la libertad
como vía para crecer de manera individual. “Es
espíritu y voluntad, pero también naturaleza”.
Nos recordó “que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación
divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan
al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturalezas o
destruyendo sus zonas húmedas; que los humanos contaminen las aguas, el suelo, el
aire. Todos estos son pecados”
San Francisco de Asís es un
soporte imprescindible en su espiritualidad y es por ello que nos lo presenta como ideal a
seguir, a la hora de acercarnos al misterio de la naturaleza. “Lleno de mayor ternura al considerar el
origen común de todas las cosas, dada a todas las cosas, dada a todas las
criaturas, por más despreciables que parecieran, el dulce nombre de hermanas”
Partiendo de una realidad
insostenible, nos invita de manera urgente a la búsqueda de un dialogo que nos
permita conocer la crisis ambiental ya que es la única manera de dar una
respuesta presente y a tiempo. “Las
actitudes que obstruyen los caminos de solución, aun entre los creyentes, van
de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la
confianza ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal
nueva”
La propuesta del papa busca que
no miremos las acciones del desarrollo, desvinculado de la ecología integral.
Que no puede haber desarrollo sin una ecología social que pueda combatir la
pobreza y recupere la protección del medioambiente.
Francisco nos propone un proyecto
de vida común. Se trata de realizar una práctica que posibilite un cambio de
rumbo, la construcción de un mundo
habitable, que nos lleve a defender los intereses de todos. Implica promover
una gestión de los recursos naturales, que de manera integral mejore la calidad
de vida de las personas, no como único fundamento, el aumento de los recursos
de los capitales.
Pretendo motivar a
ver la importancia de esta
encíclica para la humanidad, la
protección y cuidado de la Tierra. Y sobre todo recordar a los creyentes, que el
papa nos pide creer desde la vida, no desde simple discurso y repeticiones de
oraciones que no salen del templo a la vida real.
“El desafío urgente de proteger
nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en
la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas
pueden cambiar. El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su
proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee
la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común. Deseo reconocer,
alentar y dar las gracias a todos los que, en los más variados sectores de la
actividad humana, están trabajando para garantizar la protección de la casa que
compartimos. Merecen una gratitud especial quienes luchan con vigor para
resolver las consecuencias dramáticas de la degradación ambiental en las vidas
de los más pobres del mundo. Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se
preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar
en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos.”[13]
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