De dande venimos

Por Alfredo Oliva

 

 

 

 

 

Si reflexionamos con tranquilidad de donde venimos como sociedad, como país, debemos reconocer los enormes avances de Venezuela y su pueblo.

        

¡Cuanto hemos logrado en estos años! Por increíble que parezca, reducir la pobreza general de 77% a 20% es una proeza, un logro de una revolución humanista, diseñada, pensada por el presidente Hugo Chávez y su equipo.

Pero reducir la pobreza extrema o crítica de 30% al 6% en apenas una década adquiere dimensiones épicas, es un logro de la utopía, de la constancia y concreción de planes y programas que se expresan en las Misiones Sociales del Gobierno Revolucionario.

Que orgullo, saber que somos un país sin analfabetos, que tenemos la quinta matrícula universitaria más grande del mundo.

La Revolución Socialista ha pensionado a más de 2 millones de adultos mayores, que cobran puntualmente el equivalente al salario mínimo. En el pasado, hombres como Ledezma golpeaban con “su policía” a los viejitos que reclamaban les pagaran sus pensiones que tenían 3 o 4 meses de atraso.
La Revolución ha dignificado al ser humano y reagrupado a las familias. Se acabó el espectáculo capitalista de ver pobres, indigentes, enfermos y niños “de la calle” pidiendo limosna, comida o durmiendo en cajas de cartón en las calles de Venezuela.

La Revolución Socialista ha prestado especial atención “a todas las personas que padezcan algún tipo de discapacidad. Para ello, los médicos y especialistas hacen un estudio para determinar las causas de su problemática, en caso de causas genéticas y/o hereditarias se aplican programas preventivos. En segunda instancia, se ponen en marcha estrategias de atención, tanto para el afectado como para su familia y entorno social”.

Si reflexionamos con tranquilidad de donde venimos como sociedad, como país, debemos reconocer los enormes avances de Venezuela y su pueblo; mire a su lado y observará a un pueblo que trabaja y sueña, un pueblo lleno de vida y esperanza.