Por Pascual Ortiz
Quiero confesar delante de ti Duarte y la sociedad, mi inconformidad. En cada enero recordamos tu natalicio, fecha que Dios te trajo al mundo. En nuestro tiempo de adolecente, vivíamos una real celebración y recordación de tu nacimiento. Nos adentrábamos en las ideas trinitaria que forjaron los ideales patrióticos de la Patria naciente. Y comparábamos nuestras realidades, arrojando hacia afuera esas cosas que nos alejaban del suelo, de los sueños de libertad y esperanza de vida digna para los habitantes de esta parte de la isla, liberada y asentada como República Dominicana.
Esos ideales siguen milagrosamente vivos, a pesar de los malos y traidores dominican@s, que no creen en nuestras fuerzas, en nuestros trabajos. Sin embargo, no es tan simple ponerlo en la práctica. Es que seguimos sintiendo en nuestros hombros la mutilación y destrucción de nuestros recursos naturales y humano. La idolatría perpetuada como castigo, por los europeos. A sus dioses, a sus consumos, a sus proyectos tremendamente individualistas y destructivos de todo lo que no es aplicable a su cultura, de que del ser humano y la explotación de la naturaleza. Es decir, el ser humano es importantes y la naturaleza, como producto del mercado.
Hoy como al igual que en tu tiempo tenemos, traidores disfrazados de hombres y mujeres de bien. Que mierda, con sus acciones venden y destruyen los valores, la cultura, los bienes, la vida del pueblo dominicano. Est@s, se han atrincherado en empresas que se dicen llamar partidos políticos. PLD-PRD-PRSC y aliados.
Debemos de reconocer que no ha cambiado nuestra servidumbre, que los problemas aun siguen ahí, que nuestra dignidad sigue pisoteada; que seguimos de rodilla delante del conquistador capitalista neoliberal.
Quiero confesar delante de ti Duarte y la sociedad, mi inconformidad. En cada enero recordamos tu natalicio, fecha que Dios te trajo al mundo. En nuestro tiempo de adolecente, vivíamos una real celebración y recordación de tu nacimiento. Nos adentrábamos en las ideas trinitaria que forjaron los ideales patrióticos de la Patria naciente. Y comparábamos nuestras realidades, arrojando hacia afuera esas cosas que nos alejaban del suelo, de los sueños de libertad y esperanza de vida digna para los habitantes de esta parte de la isla, liberada y asentada como República Dominicana.
Esos ideales siguen milagrosamente vivos, a pesar de los malos y traidores dominican@s, que no creen en nuestras fuerzas, en nuestros trabajos. Sin embargo, no es tan simple ponerlo en la práctica. Es que seguimos sintiendo en nuestros hombros la mutilación y destrucción de nuestros recursos naturales y humano. La idolatría perpetuada como castigo, por los europeos. A sus dioses, a sus consumos, a sus proyectos tremendamente individualistas y destructivos de todo lo que no es aplicable a su cultura, de que del ser humano y la explotación de la naturaleza. Es decir, el ser humano es importantes y la naturaleza, como producto del mercado.
Hoy como al igual que en tu tiempo tenemos, traidores disfrazados de hombres y mujeres de bien. Que mierda, con sus acciones venden y destruyen los valores, la cultura, los bienes, la vida del pueblo dominicano. Est@s, se han atrincherado en empresas que se dicen llamar partidos políticos. PLD-PRD-PRSC y aliados.
Ahí, se cuidan un@s a otr@s. Y se hacen pasar por ser diferentes. Mientras se cubren los atracos, los asesinatos, el robo que hicieron de las empresas del Estado, las complicidades con el narcotráfico. Y para no perder el apoyo del imperio USA, le han entregado los recurso naturales, la tierra-el agua-el aire..., todo.
Duarte, hoy vivimos en tu tierra, nuestra tierra como extraño. Qué ironía Duarte, estamos viviendo hoy. La libertad que nos diste se ha perdido, los bienes que pusiste en nuestras manos lo hemos cedido a otr@s.
Se han tomado el corazón de la Patria. Porque los valores culturales, las expresiones, las tradiciones, lo bueno, lo solidario… Esas cosas que hacían de nuestro pueblo, una sociedad alegres, acogedora, espontanea, critica, respetuosa; todo eso lo hemos perdido. Es verdad que los tiempos, han cambiado, que el mundo es otro.
Sin embargo, debemos de reconocer que no ha cambiado nuestra servidumbre, que los problemas aun siguen ahí, que nuestra dignidad sigue pisoteada; que seguimos de rodilla delante del conquistador capitalista neoliberal.
Quien dijo que todo está perdido. Yo me ofrezco de corazón. Sabemos que son tiempo difíciles. Más difíciles fueron los que le tocaron vivir, a los trinitari@s. E hiciste posible Duarte, lo que para los Satanista de tu tiempo, era una empresa imposible.
Un Duarte posible, realizable, rebelde... Que se expresa y vive lo que sueña. Un Duarte sincero, que llora de rabia, de pena por el sufrimiento, la enajenación y drogadicción de los jóvenes. Un Duarte que puede estar en ti, en mí..., en tod@s personas que decida toma la bandera del relevo. En este tiempo, en este lugar, aquí y ahora. Ya basta de sueño, despertemos y vivámoslo.
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