Asociación Pro Derechos Humanos de España  (APDHA)
La violencia generalizada con los presos, la tortura   y las  ejecuciones sumarias plantean también serias dudas sobre la evolución    política del nuevo régimen implantado en Libia con el apoyo de las  grandes   potencias.
Artículo   13. Está prohibido y será  considerado como infracción grave contra el   presente Convenio, todo  acto ilícito o toda omisión ilícita por parte de la   Potencia  detenedora, que comporte la muerte o ponga en grave peligro la salud    de un prisionero de guerra en su poder. Asimismo, los prisioneros de  guerra   deberán ser protegidos en todo tiempo, especialmente contra  todo acto de   violencia o de intimidación, contra los insultos y la  curiosidad pública.
La atrocidad de las condiciones en que ha sido   asesinado Muammar el  Gadafi, que se desprende de las imágenes transmitidas   por sus  ejecutores, contrasta con las declaraciones de los dirigentes de los    países europeos implicados en la intervención militar en Libia que han    reaccionado con entusiasmo al “fin del conflicto” que, según ellos,    supone la muerte anunciada del ex-dirigente libio.
Alain Juppé, ministro de   exteriores francés ha saludado el fin de  la tiranía en Libia. El primer   ministro británico por su parte ha  explicado a la prensa que “el día de   ayer (fecha del asesinato) fue  una victoria para los británicos”. El   presidente italiano hasta llegó a  dedicarle al asesinato una loa en latín:   “Sic transit gloria mundi”.  Sólo la ministra de exteriores española rebajó   esta alegría  incontenida suavizando el lenguaje (“la confirmación del   fallecimiento  de Gadafi y de algunos de sus colaboradores más   estrechos”, decía en  su declaración oficial “supone el punto y final   de un periodo triste,  muy triste, para el pueblo libio”).
Sin embargo el asesinato de Gadafi es sobre todo y   ante todo una derrota del Derecho Internacional.
El asesinato jamás está justificado, y en las   circunstancias que se  ha producido supone además una violación clara de la   Cuarta  Convención de Ginebra que expresamente prohíbe “los atentados   contra  la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio en todas    sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los  suplicios”   de “las personas que no participen directamente en las  hostilidades,   incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan  depuesto las armas y   las personas puestas fuera de combate por  enfermedad, herida, detención o por   cualquier otra causa” así como  “las ejecuciones sin previo   juicio”.
Al horror del linchamiento del dirigente libio, de   sus familiares y  leales que lo acompañaban, se une la banalización con la que   estos  crímenes están siendo tratados en los medios de comunicación y las    instituciones internacionales, y aparentemente aceptados por la opinión    pública.
El portavoz de la actual Alta Comisionada para los   Derechos Humanos  de la ONU, Navy Pillay, ha pedido una investigación tras   comentar la  existencia de varias versiones todas ellas contradictorias entre   sí y  los vídeos difundidos que muestran a Gadafi herido y maltratado por    aquellos que acababan de capturarlo y el que mostraba su cadáver,  juzgándolos   “muy inquietantes”. Entre sus atribuciones está el de  nombrar una   comisión investigadora aunque de momento no ha precisado  quienes debieran   llevar a cabo la investigación, limitándose a  aconsejarla.
La violencia generalizada con los presos, la tortura   y las  ejecuciones sumarias plantean también serias dudas sobre la evolución    política del nuevo régimen implantado en Libia con el apoyo de las  grandes   potencias, y de las que no cabe esperar, al menos de las que  han participado   activamente en los bombardeos, y acciones encubiertas,  la denuncia de las   violaciones de las Convenciones de Ginebra que se  están produciendo y la   exigencia de su cumplimiento.
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía   profundamente  preocupada hace un llamamiento al gobierno español, a la Junta   de  Andalucía, y a la Cruz Roja Internacional, todas ellas instituciones que    deben velar por el cumplimiento de la IV Convención de Ginebra, para    denunciar en la ONU las violaciones de la misma y denunciar así mismo  los   graves atentados al Derecho Internacional que suponen las  ejecuciones   sumarías perpetradas en la guerra de Libia.
Y llamamos principalmente a la población española, y   andaluza en  particular, a defender ante las instituciones, y ante nuestras   propias  conciencias, la necesidad del cumplimiento de los preceptos de    Derecho Internacional, tan duramente conquistados en las dramáticas    circunstancias en las que se pusieron sus bases el siglo pasado, para no    volver al imperio de la ley de la selva en las relaciones  internacionales en   este nuevo siglo; a rechazar los intentos de  desmontar en nuestras mentes   estas adquisiciones históricas; a  rechazar la banalización de los crímenes de   guerra y contra la  humanidad por efecto de su repetición y tratamiento   trivial desde los  medios de comunicación e instituciones oficiales. Llamamos   a reafirmar  la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y   el  valor de la persona humana.
http://tomalapalabra.periodismohumano.com/2011/10/26/la-muerte-de-gadafi-una-derrota-del-derecho-internacional/
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