viernes, 4 de junio de 2010

Prevención y protección son claves en el verano para evitar males salud.-



Escrito por: Rafael Tomás Jaime (r.jaime@elnacional.com.do)


Llega el verano, concluyen las clases en las escuelas y comienzan las vacaciones, período para el disfrute de las bellezas naturales de República Dominicana y otros países.




La emigración con fines de paseo, recreación y turismo es propia de esta estación del año. De ahí que cada verano registra un gran flujo de personas hacia ríos, playas, montañas y atractivos naturales.

Los padres prefieren tomar vacaciones en sus centros de labores en el verano para controlar a los hijos, pero también para compartir en familia.

Pero mucho ojo y cuidado. En esta época del año se producen y adquieren muchas enfermedades y afecciones que pueden dañar esas alegrías y acciones libertarias. Diversas causas influyen para que éstas ataquen.

Los tipos

Las afecciones más frecuentes son las intestinales o alimenticias, las epidérmicas, debido al sol, la humedad y la resequedad, las respiratorias, el dengue, malaria y leptospirosis por picadas de mosquitos y roedores.

Las intestinales son más invasivas durante el verano por los cambios de hábitos alimenticios, debido al flujo migratorio de una zona hacia otra y el cambio de ambiente, que obliga al consumo de comida chatarra, mal cocidas o en un nivel de estado de descomposición.

En zonas muy secas y calurosas, con precario suministro de agua, ataca la salmonela, que produce la enfermedad conocida como salmonelosis, caracterizada por fuertes dolores estomacales, vómito y diarrea.

Las bacterias están en los animales, la misma gente, los alimentos, el suelo, el aire y el agua.

Los médicos sugieren tener cuidado con la leche sin pasteurizar, las carnes, pescado, lácteos, huevos y derivados, el consumo de agua, verduras y vegetales, fundamentalmente para la alimentación de los niños y ancianos.

Recomiendan lavar y cocer bien los alimentos, vegetales, verduras y frutas, pero previamente lavarse bien las manos con jabón, detergente líquido o agua caliente antes de darle uso; consumir agua potable, principalmente envasada; lavar bien los utensilios a utilizar; y proteger adecuadamente las carnes y pescados, envolviéndolos bien para evitar que al desaguar afecten a los demás alimentos cuando son cargados en un mismo envase, y mantenerlos fríos o en buena temperatura, para evitar su descomposición, y evitar el consumo de hielo, porque puede ser una fuente de contaminación.

Afecciones por el sol

El sol es una fuente de energía, pero durante verano sus rayos son peligrosos y exponerse demasiado a éstos causaría quemaduras en la piel y hasta cánceres que pueden poner en peligro la vida.

Las enfermedades de la piel tienen frecuencia durante el verano, debido al sol, la resequedad, los vientos y la humedad por la sudoración.

Los rayos solares afectan la capa protectora del cuerpo, penetrando éstos muchas veces hacia algunos órganos, produciendo quemaduras graves y algunos cánceres que se tornarían peligrosos para salud si no son tratados a tiempo.

Los médicos citan la humedad como uno de los elementos que influyen en las enfermedades epidérmicas, produciendo hongos como el pie de atleta, por inadecuado secado de los pies, andar descalzos y pernoctar en ríos, duchas y piscinas, que permiten el fácil contagio con hongos y bacterias.

Para evitar el contagio de estos molestos hongos, se recomienda no andar descalzo y utilizar chancletas en piscinas, duchas o lugares públicos; lavar los pies a diario y secarlos bien; usar producto que eviten la sudoración; no usar calcetines gruesos o que puedan irritar la piel, ni calzado muy cerrado.

La exposición prolongada al sol puede generar quemaduras, fiebre y escalofríos, dependiendo del grado de éstas, por lo que si se va a la playa y ríos o se visita lugares donde atacan los rayos solares, se debe utilizar cremas y un filtro solar de factor 30, dependiendo del tipo de piel y edad, y en el caso de los niños y bebés protegerlos de eventuales insolaciones o daños a la piel, debido a su sensibilidad.

Los dermatólogos sugieren que si se disfrutan esos lugares la permanencia al sol debe hacerse gradual y evitar las radiaciones solares en horas de 10:00 de la mañana a 3 ó 4 de la tarde.

Tomándose las previsiones, afirman que se puede evitar los cánceres en la piel y se previene el envejecimiento prematuro, por las arrugas, quemaduras y manchas.

Se recomienda una adecuada hidratación y el consumo de vegetales y frutas y un baño de ducha tras la salida de las piscinas y playas, para quitar el salitre, la sal y el cloro del cuerpo.

Se conocen tres tipos de cáncer de piel: el epidernoide, el basocelular y el melanoma, considerándose este último el más agresivo, ya que puede hacer metástasis en otros órganos, como el cerebro, y ser mortal.

Males respiratorios

El uso de aire acondicionado de forma indiscriminada, la sequedad y contaminación del ambiente en los espacios refrigerados, las noches frías del verano o el choque que sufre el organismo con los cambios bruscos de temperatura, son algunos factores que contribuyen a la proliferación de muchos gérmenes causantes de las infecciones pulmonares de verano.

Bronquitis, asma y neumonías son tres de las enfermedades respiratorias más frecuentes durante el verano, debido a la congestión que provocan las altas temperaturas en personas con bajas defensas orgánicas, niños y ancianos que son afectados por influenza y gripe y otras afecciones pulmonares.

Alergias

Los vientos de verano arrastran polen de las flores, polvo de la tierra, peluzas y desechos ambientales emanados de las industrias que provocan alergias en los ojos y el cuerpo, afectando la piel y la vista. Podemos citar la conjuntivitis y la ceguera leve.

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