martes, 8 de junio de 2010

El atentado contra Jordi



Escrito por: Susi Pola (susipola@gmail.com)


Estamos en vigilia permanente, emocional y físicamente, por Jordi, por nosotros/as, con prudencia y sin miedo. Nuestro objetivo principal es que Jordi se recupere y vuelva a ser el hombre que comunica día a día esperanza para este pueblo dominicano del cual es un hijo sobresaliente.




El miércoles 2 de junio pasado, toda la familia Veras, de la que formo parte desde hace 41 años, amaneció con la angustia en el corazón, porque casi nos matan a José Jordi, sobrino querido a quien un par de sicarios no pudieron abatir pese a sus funestas intenciones. Jordi es abogado y con él trabaja nuestra hija María Alejandra Veras Pola, en un ejercicio reconocido ético y honesto, basado en los mejores ideales recibidos de nuestras familias, Veras Rodríguez y Veras Pola, con una decisión de servir a este país, aún habiendo tenido todas las oportunidades para instalarse fuera de la República Dominicana, porque son profesionales que creen que las personas aportamos cuando desempeñamos una ciudadanía activa y digna.

Jordi es un joven profesional excepcional y responsable, un padre y esposo dedicado, un hijo amoroso con su madre cuando vivía y siempre pendiente de su padre, es un hermano y un amigo de primera línea. En la práctica del Derecho no tiene casos complicados ni asuntos de drogas. Su ejercicio profesional es postular por casos comunes y tradicionales.

Como comunicador, tanto en la televisión como en su columna de los periódicos La Información y Camino, Jordi se ha pronunciado siempre con respeto y consideración, distinguiéndose por su sensibilidad hacia las causas que defienden los derechos humanos.

Jordi no tiene enemigos, al contrario, es un hijo muy querido de Santiago, y esta ciudad, sumamente solidaria con nuestras familias, está en pie hoy asombrada por la fuerza del crimen organizado que esta vez, toca a una persona de costumbres sanas, trasparente e inofensiva, y valiosa para la comunidad y el país, que también se ha sumado a la desazón nuestra.

No se trata de un sicariato que se mueve entre descontentos de traficantes, ni es un apuntar venganzas criminales por rencillas de maleantes, y eso es lo que preocupa tanto y debe convertir este caso en un verdadero desafío para las autoridades y para el pueblo. Todas las personas que se han acercado, han llamado o han escrito, entienden que el atentado a Jordi es imperdonable e inaceptable, porque él representa la honradez e integridad que aún queda en este país.

La familia de José Jordi Veras Rodríguez sabemos de donde vinieron esos tiros dirigidos a matarlo y dejamos que sea la Justicia quien lo descubra y castigue de acuerdo a la ley. Estamos en vigilia permanente, emocional y físicamente, por Jordi, por nosotros/as, con prudencia y sin miedo. Nuestro objetivo principal es que Jordi se recupere y vuelva a ser el hombre que comunica día a día esperanza para este pueblo dominicano del cual es un hijo sobresaliente. Queremos que siga trabajando como siempre lo ha hecho, desde el marco de la ética y con la rectitud que lo distingue.

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