¿Dominicano, haitiano o ser humano?

Por Pascual Ortiz                           

 

 

Soy… ¿Quién soy? ¿Dominicano,  haitiano o ser humano?

 

El Estado de derecho en la República Dominicana se ha puesto en cuestionamiento. Ya que a miles de dominicanos/as de ascendencia haitiana, han sido despojados de su documento de identidad. El Tribunal Constitucional con la sentencia 018-13 le niega la condición de ciudadanos/as. Considera que por ser hijos/as de haitianos/as. No pueden seguir teniendo su derecho elementales, que son su actas de nacimiento y su cedula, que es su documento de identidad. Obtenido de manera legal. Porque   nacieron aquí, de padres que fueron traídos a territorio dominicano “en la camiona” a los bateyes del CEA y otros ingenios de propiedad privada.

Como ser humano debo de reconocer que me siento desconcertado, preocupado y como cristiano destrozado. Decía Jesús cuando lo llevaban al calvario (a las mujeres), que no lloraran por él, sino por los sufrimientos que tendrían que sufrir sus hijos/as. Lo que sucede hoy, es la consecuencia de una realdad histórica manipulada y construida desconociendo el pueblo dominicano y haitiano.

Somos el resultado de una terrible y sutil des-humanización y odio a lo que somos; ser humano. El desconocimiento del otro, es el no reconocerse a sí mismo.  Somos una construcción social, de quiénes nos han gobernados, tanto aquí como allá. Y la humanidad, toda. Ha sido formada e inducida, para negarse a sí   mismo. Para odiarse, no reconocerse. Con esa actitud, hemos construido y fortalecido el poder de la clase dominante. De aquí y de allá, porque “divide y venceréis”

Y en la República Dominicana lo han logrado, en Haití; en todo el “mundo”.  Seguimos hoy reproduciendo un odio desenfrenado hacia ese otro que también quiere vivir, pero que en la ideología burguesas, nos han ensenado que es nuestro enemigo.  Esto ha servido para que no visibilicemos los verdaderos contrarios. No como ser humano, sino de   esos que construyen su poder y riqueza, a costa del sufrimiento del que genera con su trabajo, esa riqueza.

Los pueblos Haitianos y dominicanos, hemos sido la almohada, el colchón, las máquinas productoras de riquezas. Que hoy nos niegan el derecho a vivir con dignidad. A uno le niegan sus documentos legal, y a otros nos hacen creer que nuestras desgracias, es por esa manos de obras haitianas.

Y si   odioso ha sido la actitud que hemos interiorizado de los poderes fácticos. Más temible es la que hemos recibido de nuestra madre iglesia católica jerárquica dominicana y haitiana.  Han dejado de lado el evangelio de Jesús. Sepultando las Bienaventuranzas, por estar recogiendo las migajas del poder. Han servido de soporte ideológico y han convertido el evangelio liberador de Jesús, en justificación de sufrimiento del pueblo que Jesús libero con la cruz y dignificó hasta siempre con su resurrección. Ella debe reconocer este pecado. Y pedir perdón por lo que ha dicho y hecho. Por lo dejado de hacer y dejado de decir.

De mi parte pido perdón, quero ratifico mi posición. Soy ser humano, ciudadano del mundo. Creyente católico, en Jesús de Nazaret.