lunes, 2 de mayo de 2011

¿Por ellos o por sus víctimas?

Escrito por: Lilliam Oviedo (lilliamoviedo@yahoo.es)

Es Orlando Martínez la víctima con nombre más sonoro, pero no es, por supuesto, la única víctima.


“La muerte no borra nada, quedan siempre las cicatrices”. La frase está en un obituario compuesto en verso por Mario Benedetti. Por respeto al dolor de familiares (podría haber algunos) que, si hubiera sido posible, habrían elegido otros parientes, se puede omitir la frase que imprime ritmo a la composición del poeta uruguayo, pero no se puede desconocer la historia.

La muerte del general Joaquín Pou Castro, retirado de las filas de las Fuerzas Armadas cuando el costo político de mantenerlo dentro de las mismas se hizo enorme, no borra la ofensa que constituyó el asesinato del periodista Orlando Martínez Howley.

A Pou Castro le fue encomendada la misión, que cumplió junto a otros tres asesinos, el 17 de marzo de 1975, porque era de los hombres de confianza del general Salvador Lluberes Montás, Chinino, y del resto del alto mando militar de la época.

Chinino fue favorecido con el desglose del expediente, por diligencia de Joaquín Balaguer, quien en 1998 era ex presidente y jefe del sistema político. Al servicio de Balaguer estaban las “hienas de San Isidro”. ¿Y para qué contar el resto si todo el mundo lo conoce? Es Orlando Martínez la víctima con nombre más sonoro, pero no es, por supuesto, la única víctima.

Y el 27 de abril, horas después de la noticia de la muerte de Pou Castro, las agencias de prensa informaron que había muerto Orlando Bosch, 9 años mayor que Pou (estaba a punto de cumplir los 85), en Estados Unidos, donde la Agencia Central de Inteligencia, la sanguinaria CIA, sigue protegiendo a un cómplice suyo, un criminal de la misma categoría, culpable, junto a él, de la voladura de un avión cubano en 1976: el también octogenario Luis Posada Carriles.

Mejor formado intelectualmente, Orlando Bosch logró la posición que no alcanzó Pou.

¿Un réquiem por el apátrida nacido en Cuba no es, acaso, agravio a la memoria de las víctimas que sumó en su carrera como torturador y en su ejercicio como terrorista?

Una figura de primer orden en la represión desatada durante los 12 años de Balaguer, y un terrorista cómplice de las dictaduras de América del Sur, son dos muertos a quienes pocos pueden despedir con lágrimas.
http://www.elnacional.com.do/opiniones/2011/4/30/81986/Por-ellos-o-por-sus-victimas

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