miércoles, 11 de mayo de 2011

Oportunismo y clientelismo

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Escrito por: Lilliam Oviedo (lilliamoviedo@yahoo.com)

Haremos una profunda reforma al sector educativo, que garantice ocho horas de clases diaria para los niños y adolescentes, con aulas confortables, maestros capacitados y alimentación asegurada".



“Óigase bien, escúcheme con toda la atención, contrario a este gobierno que ha sido indolente, y que reprime a quienes le reclaman esa justa demanda, nosotros haremos realidad el cumplimiento del 4% para la educación como manda la ley. Haremos una profunda reforma al sector educativo, que garantice ocho horas de clases diaria para los niños y adolescentes, con aulas confortables, maestros capacitados y alimentación asegurada".

Es una de las promesas contenidas en el discurso que pronunció el pasado domingo Hipólito Mejía, quien entre los años 2000 y 2004 encabezó una gestión que en el 2001 redujo la asignación a Educación y nunca destinó al sector una suma superior al 2% del Producto Interno Bruto.

La inequidad social que, al hacerse inocultable, aumenta el descontento en la población, ha impedido que Leonel Fernández confiese que aspira a continuar en el Palacio Nacional más allá del 16 de agosto del año 2012 o postular a su esposa Margarita Cedeño, quien le serviría de cortina para seguir gobernando.

Pero también, ha puesto en boca de Danilo Medina, precandidato del Partido de la Liberación Dominicana, y de Hipólito Mejía, candidato del Partido Revolucionario Dominicano, promesas que parecen extraídas del mismo manual.

Las manifestaciones de apego a la equidad y a la justicia en todos los órdenes, no despojan, sin embargo, a Hipólito Mejía y a Danilo Medina del historial que, como hombres públicos, los define.

Durante el gobierno de Hipólito Mejía hubo un elevado número de muertos por la represión a la protesta. Danilo Medina, como colaborador y socio político de Leonel Fernández, estuvo entre los ideólogos de la multiplicación por más de 4 en los sueldos de los altos funcionarios y la continuidad de la política de salarios deprimidos para los sectores medio y bajo.

¿Han renunciado, acaso, al compromiso con el régimen oligárquico, a la práctica del clientelismo y a la permisividad ante la corrupción? No, sencillamente, se presentan como lo nuevo en el intento de oxigenar el sistema político y, por supuesto, de levantar y legitimar liderazgos que han surgido y se mantienen alimentados por el atraso político y la exclusión.

Ellos tienen por misión oxigenar el sistema, porque el despedazado Partido Reformista Social Cristiano y satélites derechistas como la Fuerza Nacional Progresista, dirigida por Vincho Castillo y por sus hijos, sólo pueden buscar espacio para ganar cuotas de poder.

Tienen en uso una parte de la palabrería y la otra parte la reservan para cuando tengan que poner nombre a las mentiras... Para ocultar las garras de sus sustentadores, la politiquería funciona como fábrica de mentiras... ¡Qué asco!

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