Escrito por Tania Peña
La gente se está rebelando contra el sistema y por eso sale a la calle y lo hará cada vez con mayor frecuencia porque ni el Ejecutivo, ni el poder legislativo, ni los partidos políticos acogen sus inquietudes
Convocados por la agrupación Acción Ecológica, los manifestantes partirán desde la Plaza Italia hasta la Plaza de la Constitución, frente al Palacio de La Moneda, en un trayecto que comprende además la emblemática Alameda de Santiago.
Demostraciones similares tendrán lugar este viernes en forma simultánea en una treintena de ciudades chilenas y en una docena de ciudades de todo el mundo, según confirmaron líderes ambientalistas a través de las redes sociales.
"La gente tomó la conciencia necesaria de que la naturaleza hay que protegerla, que es importante cuidarla porque dependemos de ella", afirmó el secretario Ejecutivo de Patagonia sin Represas, Patricio Rodrigo.
De igual modo, el académico de la Universidad de Chile Roberto Román consideró inconveniente para el país la megacentral de Hidroaysén y sugirió mirar a las abundantes fuentes de energías renovables no convencionales que pueden aprovecharse con mucho menor impacto para el medioambiente: geotérmica, eólica, solar.
Dijo que sería irreversible el daño que causará la iniciativa a las cuencas de los ríos Baker y Pascua, donde se proyectan construir las cinco represas, de las que partiría una sólo línea de trasmisión de más de dos mil 300 kilómetros hasta los puntos de consumo.
Los pobladores de la austral región de Aysén y los que estén en el largo recorrido de la línea de trasmisión que atravesará territorios mapuche serán los principales perjudicados con la megacentral, remarcó el especialista.
El pasado 9 de mayo una comisión gubernamental dio el visto bueno a la iniciativa, rechazada por más del 70 por ciento de la población en Chile, según encuestas.
Las preferencias que cada uno de nosotros podamos tener por una forma de energía u otra no es lo que a los responsables de llevar la política ambiental y energética del país nos debe primar, había advertido el ministro de Energía, Laurence Golborne.
"Los gustos no son para dárselos en estas materias", espetó a pocas horas de una decisión, bautizada aquí como "crónica de una votación anunciada".
Y a contrapelo de la opinión pública se aprobó Hidroaysén, hecho explicado por el Codirector del Observatorio Ciudadano chileno, José Aylwin, como un ejemplo patético del centralismo vigente en Chile, donde el futuro de las regiones es decidido desde Santiago, en menoscabo del criterio de los habitantes de cada zona.
Aylwin denunció asimismo el trasfondo de la polémica propuesta y esgrimió al respecto que detrás de todo están los intereses de las transnacionales y en particular de dos poderosas empresas: la hispano-italiana Endesa-Enel y la local Colbún.
Sin embargo, la mayor sorpresa en el ámbito doméstico y sobre todo para La Moneda en la víspera de su rendición de cuenta anual ha sido la magnitud de las movilizaciones ciudadanas en desacuerdo con Hidroaysén.
La gente se está rebelando contra el sistema y por eso sale a la calle y lo hará cada vez con mayor frecuencia porque ni el Ejecutivo, ni el poder legislativo, ni los partidos políticos acogen sus inquietudes, expresó el presidente del Partido Comunista de Chile, Guillermo Teillier.
"La ciudadanía está alzando la voz y tenemos la obligación de ponernos al día", sentenció.
mv/tpa
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