viernes, 6 de mayo de 2011

LAS SOMBRILLAS AMARILLAS VEDADAS EN EN LA FERIA DEL LIBRO

Por: Luis Carvajal


Esta vez hemos empezado a comprender que más que el 4% que se reclama, debemos exigir otra forma de gobernar y otra forma de funcionar nuestra sociedad.




Esta vez no fuimos capaces de decir que no, que ya basta de engaños, de que nos vendan la casa y el alma y no tengamos derecho a mirar los ojos de los nuevos dueños; de que nos mientan y nos culpen de no querer creer, de no pensar por “malcomíos”; de no utilizar las últimas novedades del mercado; de querer escapar en la primera yola; de reclamar que se cumpla la Ley sin saber para qué sirve; de no venerar discursos y profetas.

Esta vez nos impidieron ser, a pesar de que somos los más y no fuimos capaces de aplastar su prepotencia; de ignorar sus pistolas al cinto y sus sistemas de comunicación y elevar más fuerte nuestra voz para acallar su orden; de ofrecer el pecho desnudo y el corazón henchido en desafío a sus barreras de metal y sus almas desinfladas.

Esta vez la sonrisa hipócrita del faraón repartió nuevas mentiras y promesas de paraísos, de buena vida nueva, de compromisos con la historia y de grandezas perspectivas, mientras atentos, robotizados por la carencia material los pobres y por la carencia moral los viejos y nuevos ricos se inclinaban reverentes ante la sabiduría y el donaire del líder.

Esta vez, como tantas, la impotencia y la rabia nos hizo apretar con más fuerza las banderas y sombrillas amarillas.

Esta vez hemos empezado a comprender que más que el 4% que se reclama, debemos exigir otra forma de gobernar y otra forma de funcionar nuestra sociedad.

Que se requiere cambiarlo todo, para que las pequeñas y las grandes metas pospuestas eternamente sean posibles.

Que tenemos que crear la capacidad para saltar sobre la prepotencia y el servilismo que se crece ante nuestra dispersión de metas y esfuerzos.

Que es posible, justo, necesario y saludable desoír y desechar a todos los responsables y beneficiarios de esta farsa repetida al infinito.

Tenemos que atrevernos.

Otra sociedad, otras reglas, otra patria es posible.

Construyámosla.

Luis Carvajal

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