domingo, 22 de mayo de 2011

Desmontando mitos sobre los carburantes

Miriam Márquez





El precio de la gasolina nos golpea, por Jorge Grosso

Revoluciona el coche lo necesario y retira todos aquellos soportes y mecanismos (bacas, cargadores de bicicletas…) que lo hacen menos aerodinámico.




Se han convertido en el gran agujero de nuestro bolsillo, la cuenta más dolorosa y, para algunos que dependen directamente de ella para su trabajo, en una verdadera ruina. Basta, sin embargo, iniciar una conversación sobre el precio de los carburantes para que salgan muchas dudas y también mitos variados. Hemos despejado algunas de las cuestiones más importantes con la ayuda de las asociaciones de consumidores.

•¿Qué son las gasolineras “libres” y de dónde sacan sus carburantes?

Son aquellas que compran su materia prima directamente al proveedor que mejor opciones les ofrece y son libres de fijar su precio de venta al público. Las hay adscritas a centros comerciales (algunas brindan rebajas en sus productos a sus clientes) y también otras totalmente independientes. Las asociaciones de consumidores en su mayoría animan a utilizar estas estaciones de servicio, defienden su calidad y denuncian con frecuencia que las pertenecientes a petroleras concretas suelen pactar los precios en su propio beneficio (o firman acuerdos de no agresión).

•¿Ganan las gasolineras con la subida del precio del combustible?

La mayoría de los establecimientos cobran por los litros que venden por lo que sus ingresos no aumentan porque los precios sean más altos. Las asociaciones de estaciones de servicio coinciden en que cuánto más cara es la gasolina, menos venden. Según FACUA, además, muchas veces tienen que lidiar con la imposición de precios por parte de las petroleras.

•¿Es la gasolina en España más o menos cara que en el resto de Europa?

Para responder a esta pregunta hay que distinguir entre antes y después de aplicarse los impuestos. Sin contar con éstos, España es el cuarto país de la Unión Europea donde más cara es la gasolina, y el sexto respecto del gasóleo. Tras las tasas, el precio de la gasolina en España cae a la posición número dieciocho de la UE y el del gasóleo, a la 17. No es difícil deducir, por tanto, que los impuestos son menos elevados en líneas generales que los de los vecinos europeos. También resulta curioso que el gasóleo es más caro antes de aplicarse los impuestos que la gasolina, lo que sucede es que se grava menos porque se entiende que lo utilizan profesionales como parte de su herramienta de trabajo (taxistas, agricultores, camioneros, etcétera). Algunas asociaciones de consumidores como FACUA consideran inexplicable que el precio de los carburantes en España sin contar los impuestos se encuentre tan arriba en el ranking de la UE.

•¿Qué impuestos se aplican a la gasolina?

Entre los impuestos que gravan la gasolina se incluyen el de hidrocarburos, el impuesto sobre ventas minoristas (éstos serían los impuestos indirectos) y el IVA (18%). Los dos primeros no se ven afectados por el aumento del precio de la materia prima, puesto que se aplican por litros. El impuesto sobre ventas minoristas, el llamado céntimo sanitario, es el que imponen algunas comunidades autónomas para financiar gastos relacionados con la salud, a pesar de que la Unión Europea es contraria a su utilización.

•¿Cómo puedo encontrar la gasolinera más barata cerca de mi casa o trabajo?

Puedes utilizar algunos de los buscadores que encontrarás por internet. El “oficial” es el del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

•¿Sirven para algo los “trucos” para ahorrar en gasolina?

Existen grandes “leyendas urbanas” entre los supuestos “remedios” para reducir el consumo. Olvídate de hinchar demasiado las ruedas del coche -hay que llevarlas en el punto justo-, y también de echar gasolina o gasóleo por la mañana porque al estar más fresca, resultará más densa (la diferencia, si existe, es inapreciable). La costumbre de repostar los miércoles no parece tampoco avalada por la estadística. Puede ayudar, sin duda, decantarse por un coche con un consumo menor, aunque los expertos coinciden en que las rutinas de conducción son las que más efecto tienen en la factura. Evita acelerones y frenazos, y procura conducir lo más suavemente posible. Revoluciona el coche lo necesario y retira todos aquellos soportes y mecanismos (bacas, cargadores de bicicletas…) que lo hacen menos aerodinámico. Apaga el motor en los atascos y utiliza el aire acondicionado en carretera, pero no en ciudad. Aunque el debate sobre si consume más el aire acondicionado que llevar abiertas las ventanas puede resultar eterno, parece que en autopista lo segundo resulta más caro.

•Y si me interesa compartir coche para ahorrar y ser más ecológico. ¿Cómo lo hago?

Resulta muy revelador que en inglés exista el término carpooling y en francés covoiturage para referirse a la práctica de compartir coche para ahorrar en combustible, mientras que en castellano todavía ni siquiera la hemos bautizado. La crisis y la subida desatada del precio de los combustibles han hecho que aquí también surjan cada vez más iniciativas en este sentido. La web Comuto, por ejemplo, ha visto como en las últimas semanas se incrementaba en un 150 % las ofertas en su espacio para realizar viajes compartidos. Además de esta opción, en la red encontrarás otras como www.viajamosjuntos.com, www.autostopp.net o www.conduzco.es.

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