Escrito por: Lilliam Oviedo (lilliamoviedo@yahoo.es)
Entre los dos exponentes del atraso y del clientelismo político que competían por la candidatura presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, se impuso ya el ex presidente Hipólito Mejía.
Hipólito Mejía, aunque fundamentó su campaña en la frase: “llegó papá”, ha dejado ver su desprecio a la gente pobre en promesas como “llegó la hora del boroneo” y en respuestas como “si acepto todas las invitaciones iría al cumpleaños hasta de Juancito Trucupey”, y, más aún, en el hecho de que calificó de “bonita” la labor de Pedro De Jesús Candelier en la Policía, cuando en esa gestión las ejecuciones extrajudiciales se producían a cada momento. ¿Cómo podría explicar en qué consiste la hermosura contenida en la práctica de matar gente pobre?
En cuanto a los precandidatos del PLD, hay que clasificarlos en “disidentes” a quienes el poder ha puesto de rodillas, como Danilo Medina, y empleados que reconocen estar obligados a obedecer.
Entre estos últimos, se puede citar a José Tomás Pérez, a Rafael Alburquerque (vicepresidente por la gracia de Leonel), Franklyn Almeida (desacreditado debido a la compra de unas motocicletas Harley Davidson cuyo paradero se desconoce, y a su confesa identificación con el sanguinario ex jefe de la Policía Rafael Guillermo Guzmán Fermín), y a Temístocles Montás, quien busca seguir en la nómina del Estado con jugosa asignación, como hasta ahora.
El Comité Político del PLD, decidió el pasado lunes que Leonel Fernández y el todopoderoso senador Félix Bautista se reunieran con los posibles precandidatos para ponerse de acuerdo en ciertos detalles. ¿Y qué es el Comité Político del PLD si no un grupo de protegidos del sistema quienes para conservar su condición tienen que declarar que hubo consenso cuando en realidad se impuso la voluntad de Leonel Fernández?
El tema de la reelección sigue pendiente y será tratado a voluntad de Leonel Fernández, quien sólo renunciaría a buscar algún recurso para repostularse si en los sondeos de intención de voto y en la posición del poder permanente percibe una seria amenaza de hacer el papel que hizo en el año 2004 Hipólito Mejía.
Hay que decir que, otra vez, la rebatiña politiquera se localiza entre las chabacanas presentaciones de Hipólito Mejía y la vara de mando de Leonel Fernández, dos exponentes del autoritarismo y, por consiguiente, del clientelismo. Balagueristas confesos y, claro, exponentes del atraso. Este sistema se recicla, pero no puede sacudirse la ilegitimidad... ni dejar de exhalar el vaho de lo podrido...
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