miércoles, 23 de febrero de 2011

La injusticia ... y ellos




Escrito por: Lilliam Oviedo (lilliamoviedo@yahoo.es)



La ultradrecha está orientando el manejo de la crisis en Haití, y Leonel Fernández pretende presentarse como garantía de la aplicación de la política imperialista a ambos lados.



 
Raúl H. Yzaguirre habló sobre los derechos de los inmigrantes haitianos en la República Dominicana, porque su misión es manejar lo evidente. En la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se maneja el tema de la impunidad de la muerte en la frontera de seis haitianos y un dominicano, y él decide hablar.

Pero no menciona la responsabilidad de Estados Unidos en la imposición del gatillo alegre en nuestros países, y, claro, no desnuda a los sectores que han saqueado a esta isla, y que han intervenido siempre para impedir el cambio político auténtico en ambas partes, perpetuando la desigualdad y la marginación, factores de expulsión en las sociedades haitiana y dominicana.

La autenticidad, pues, de su interés por los derechos de los haitianos y de los dominicanos pobres, no resiste prueba alguna.

Yzaguirre sirve a un gobierno que, por compromiso o por coincidencia en ciertas posiciones, ha dejado en manos de la ultraderecha y del clan Clinton la política de Estados Unidos hacia esta isla.

Leonel Fernández aprovecha esta situación para montar en la política hacia Haití el proyecto reeleccionista.

Por eso acudió a la casa del multimillonario venezolano Gustavo Cisnero para reunirse con Bush padre, Bush hijo, José María Aznar y otros ex presidentes ultraderechistas, desacreditados con razón (en algunas listas figura incluso Álvaro Uribe Vélez). La ultradrecha está orientando el manejo de la crisis en Haití, y Leonel Fernández pretende presentarse como garantía de la aplicación de la política imperialista a ambos lados.

Por eso, dejó a funcionarios siempre prestos a emitir declaraciones vacuas la respuesta a Yzaguirre.

El procurador general Radhamés Jiménez Peña y el canciller Carlos Morales Troncoso, funcionarios que tienen una deuda con Leonel Fernández porque los ha mantenido en la nómina y les ha permitido ser protagonistas en actos públicos, a pesar de que son figuras grises y nada hacen que los prestigie, respondieron diciendo que el caso ha sido bien manejado y que Estados Unidos tampoco trata bien a los indocumentados.

Es algo que no ofende al embajador, y que mejora la calificación de ambos como servidores de un presidente que manipula a sus subalternos y trata de ser figura “potable” para todos los sectores del poder estadounidense: el Gobierno, la ultraderecha y los “clanes” particulares.

¿Dirá Leonel Fernández que no habló con los ultraderechistas ex presidentes sobre la forma de perpetuar la injusticia en Haítí dando apariencia de democrático a un próximo gobierno títere? ¿No preguntó, acaso, si desde este lado, otro títere podría mover algunos hilos?



http://www.elnacional.com.do/opiniones/2011/2/23/75965/La-injusticia--y-ellos

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