miércoles, 19 de enero de 2011

¿Se caerán las máscaras?

Escrito por: Lilliam Oviedo (lilliamoviedo@yahoo.es)


Otto Reich, ex funcionario del Departamento de Estado y hombre de confianza de la familia Bush, ha sido escogido para reforzar, en el juicio que tiene lugar en El Paso, Texas, la labor de los defensores de Luis Posada Carriles.


Reich es conocido como protector de Orlando Bosch, socio de Posada Carriles y autor intelectual junto a él de la voladura de un avión de Cubana de Aviación en Barbados en 1976.

Desde el año 2005 (cuando entró a Estados Unidos tras ser indultado en Panamá por gestiones de funcionarios estadounidenses), Posada ha declarado en más de una ocasión que jueces y fiscales no deben acorralarlo, porque, por haber servicio durante muchos años a la Agencia Central de Inteligencia, CIA, y al propio Buró Federal de Investigaciones, FBI, él maneja informaciones cuya difusión pondría en peligro la seguridad de Estados Unidos y de otros países.

El FBI, sin embargo, ha intensificado en los últimos dos años la búsqueda de elementos que prueban su vinculación con actos terroristas. Ha realizado en ese período varias visitas a Cuba.

Esta gestión se inició antes del año 2009. En mayo de 2007, los diarios de República Dominicana, citando fuentes de Miami, dieron cuenta de que agentes del FBI viajaron a Cuba (a reunirse con funcionarios cubanos), en busca de información sobre los vínculos de Posada Carriles con los atentados perpetrados en en ese país en 1997. Arturo Hernández, abogado de Posada Carriles declaró entonces que “todo aquello que proviene de Cuba procede de un árbol envenenado”.

Sin embargo, el tribunal de El Paso ha aceptado como pruebas en el juicio interrogatorios realizados a Raúl Ernesto Cruz León y a Otto René Rodríguez Llerena (quienes guarda prisión en Cuba por terrorismo y han reconocido como su jefe a Posada Carriles), y a Francisco Chávez Abarca, El Panzón, condenado en Cuba en diciembre pasado y detenido en Venezuela en julio. Chávez Abarca fue interrogado por oficiales del FBI en El Salvador varias veces entre finales del año 2007 y principios del año 2008.

La participación de los peritos cubanos que realizaron las indagatorias sobre la colocación de explosivos en La Habana en 1997, el contenido de los interrogatorios a Chávez Abarca, Cruz León y Rodríguez Llerena, y las manifestaciones protagonizadas por víctimas de tortura y de actos violentos, son elementos que complican la situación de Posada.

A pesar de que se le juzga por mentir y no por matar y torturar, no es posible desconocer su condición de terrorista.

El interés de prolongar la efectividad de las maniobras, obliga a la defensa a acudir a Otto Reich y a otros políticos influyentes, obligados a reconocer a Posada como uno de sus allegados... ¡Qué vergüenza!


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