lunes, 8 de noviembre de 2010

“¿Pero y que es esto Dios?, no escriban tantos disparate.”

Por: Pascual Ortiz

“¿Pero y que es esto Dios?, no escriban tantos disparate.” Esta expresión es de Víctor Peralta (06-11-2010.08:41. sabanetasr) quien hizo un comentario a la carta que hiciera publica el P. Toni Ramos. El joven, sacerdote dio respuesta a las declaraciones hecha por Vincho Castillo, a la homilía que celebro el Obispo Diomedes Espinal, en los Caimonies.


En la homilía el Obispo se solidarizo con sus ovejas. Y entre otros temas, puso como preocupación indignante, el que los funcionarios no se preocupen por los males que aquejan a la población, y si están promoviendo la reelección del presidente Leonel Fernández.

El señor Víctor Peralta se queja y demanda que “no escriban tantos disparate, y dediquen su tiempo a algo más edificante para nuestra gente.” Yo estoy de acuerdo con usted, Víctor. Ahora, si usted insinúa que lo escrito por Tony, es un disparate, creo que quien está escribiendo un disparate es usted.

¿Qué es para usted escribir algo edificante? Edificar para usted es seguirle la corriente al comentario del “nefasto palero” de cuello blanco Vincho Castillo. Quien desde la era de Trujillo viene enarbolando un discurso en defensa de los gobiernos que él ha podido engancharse.

Vincho Castillo, al igual que otros más, si han escrito, dicho y hecho mucho disparate. Ojo, que esos disparate han tenido un costo insoportable para la sociedad dominicana.

Otros intentamos escribir y vivir con coherencia, buscando defender la dignidad del pueblo dominicano. No la riqueza de los vende patria que desde el nacimiento de la republica, le han cedido la riqueza del país a los intereses Europeo y Estados Unidos.

Otros ofrendaron sus vidas por la causa de la patria. A quienes si debemos nosotros/as de valorar y reivindicar sus memorias. Francisco Bueno Zapata, Amín Abel Hasbun, Mama Tingo, Manolo Tavares Justo, las Hermanas Mirabal, Francisco Caamaño y otros muchos/as, mas.

Creo que es necesario escribir para poner en evidencia la memoria histórica que ha vivido el país. Y no podemos ser ingenuo y creer que lo que sucede hoy, no tiene una consecuencia de hechos pasados. Y esos hechos, tienen protagonistas presenciales, identificables y muy concretos.

Los reformista le dieron continuidad a un estilo de gobierno heredado, del sátrapa Leónidas Trujillo. Los perredeista intentaron ser una fuente diferente, pero fueron cayendo en las garras del imaginario saqueador de los reformistas. Perdieron credibilidad, cuando quisieron borrar una historia de horror y de asesinato de los más sanos de esa época.

Los peledeista ni siquiera guardaron las apariencias como hicieron los perredeista. Mas bien, han reivindicado la memoria de Balaguer, incluso lo han reconocido como el padre de la democracia dominicana. Cosa que no han hecho con el líder político y escritor más importante del país y fundador del PRD y PLD; Profesor Juan Bosch. Y para que miremos la categoría del liderazgo del Presidente Leonel Fernández, su líder, es el palero, hombre de poder y nefasto, Vincho Castillo.

Hoy han tenido que ser más cuidadoso con quienes tenemos opiniones diferentes a las de ellos. Han tenido que aprender a escuchar verdades. Pero, no tienen capacidad de inter-actuar, discutir propuesta de tu a tu. Y como se han quedado sin argumento y lo arropa la corrupción, se incomodan con aquellos/as que no se arrodillan delante de ellos, que vivimos con humildad, con precariedades, pero no aceptamos sus venenos anti-democrático y perverso, camuflado de institucionalidad.

Seguiremos opinando, viviendo y promoviendo los valores de las comunidades. No podrán callar nuestras voces, aun puedan matar nuestro cuerpo, no podrán destruir los ideales de libertad e igualdad. Más tempranos que tarde, el pueblo sabrá encaminar sus acciones, sabrá identificar en su momento quienes les roban su futuro y quienes quieren y queremos construir una sociedad donde quepan todos/as, donde la solidaridad revolucionaria, sea ya un hecho, no una quimera como nos lo quieren hacer creer los partidos tradicionales y sus lacayos imperiales.

“Trabajemos por y para la Patria, que es trabajar para nuestros hijos. Trabajemos, trabajemos sin descansar, no hay que perder la fe en Dios, en la justicia de nuestra causa y en nuestros propios brazos” Juan Pablo Duarte.











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