La ceremonia, de la muerte neoliberal

I Parte, de II

Memoria de un misionero

Por: Pascual Ortiz

Pide

que en nombre

de su bolsa  mesiánica

tener fe en su propuesta

que salva la existencia del mercado

No la vida

de la humanidad

El derecho a nacer
a reproducirse
a vivir
fue perdiendo el cordón umbilical
un decreto neoliberal
los lloros de los niños/as
prohibía
Las madres y los padres
que vivieran
y confiaran en las caricias
sin volver la cara al amor
a la vida
Se le ofrecía
la dictadura del mercado
y la servidumbre
de los que aseguran
los precios
a la ceremonia de la muerte neoliberal

Al primer sabor
los hombres y las mujeres
víctimas de la obediencia
y la tentación
perdieron la señal de la solidaridad
el tiempo
la historia
el sueño
la casa
y todo lo visible
e invisible
Y su memoria tuvo miedo
fue cambiada por la sombra de la muerte
Cayó de un asalto
y hoy duerme en el santuario del capital
donde han llenado su pensamiento
de buena voluntad consumidora
que secan debajo del cielo
el agua
la tierra
y envenenan el aire

La experiencia
dolió
y desde entonces
todo sobrevive
encima de los muertos
y el sufrimiento de los seres humanos
fuente vendita
que sustentas sus bolsas de valores

La penitencia de la paz imperial
deja salir nuevas creaturas neoliberales
que sonriendo
piden sacrificio humano
de obligatorio consumo
crecimiento de barriga llena de viento
y cabeza embrutecida
Control para los que sufren el exilio
por querer remontar el vuelo
con los pobres
queriendo voltear la muerte
por la vida

Por ello
reprochan los sueños
de quienes no pueden dormir perseguido
ni sometidos a ninguna propuesta
que no esté a favor de la vida
Que quieran apurar el misterio
de amar abriendo el camino del reino
y abrir las jaulas cerrada
donde están los presos
que nunca aprendieron
la rastrera obediencia
de poner su fe en el mercado
ni en la producción de la riqueza
a cambio del control de la vida

Mientras
salvan su existencia injerta
y sus golpes
y sus fuerzas
Piden
que en nombre
de su bolsas mesiánica
tener fe en su salario
que salva la existencia del mercado
Que desde su trono
el hijo de reino de Satán
ofrece el paraíso
a los vivos
que secuestra sus esperanza
del arma-chupa-come-bebe-vida

Fuertes muros
cuida su impero
que respiran leyes
que engendran violencia
que respira autoritarismo
que bebe democracia-blasfema
que come los muertos
y siente la angustia del que llora
como un grito de ofensa
que contamina
su mesianismo neoliberal

Su verdad
de la dictadura del mercado
fue impuesta
y asumida por los gobiernos
que de rodilla
hacen
lo que ellos digan
y el templo financiero
da luz verde
a sus tenebrosa políticas
Que hoy siguen coronado los cuerpos vivos
de los pobres
de cargas inaguantable