viernes, 8 de octubre de 2010

Un presidente mascota


P. William Arias



En el 2012 parece ser que como vamos, tendremos otra mascota…! pero por Dios! ¿cuándo tendremos un verdadero líder?


Creo que a esto, sin querer, es a lo que estamos aspirando los domi­ni­canos, y ciertos sectores del país y algunos perso­najes como de ferias, eso es lo que desean. Todos sabemos lo que es una mas­cota, que puede ser un perro, un gato, un ave, cualquier animal. Quere­mos una mascota para que nos haga compañía, alguna que otra gracia, res­ponda rapidamente a lo que queremos, que haga cosas que asombren a los demás, que sea dócil y, sin querer, de vez en cuando, nos sorprenda con alguna cosa, que para el intelecto de la mascota sería algo extraordinario; pues así es que queremos un presidente.

Lo interesante es que los aspirantes a presidente, también sin querer queriendo, a lo Chavo del 8, también quieren ser mascotas, pues ya se les oye con promesas y discursos que lo que buscan es satisfacer a sus amos: los sectores de los gran­des intereses del país que le darán el dinero para financiar sus campañas y el populacho que les dará los votos, para así alzarse con la susodicha legitimidad, que en esta disque susodicha democracia en que vivimos, se necesita.

Ahora bien, si anali­za­mos la historia presidencialista del país, des­pués de la muerte de Tru­jillo, que no fue mascota, sino amo, y a nosotros como pobres mascotas, nos aterrorizó y utilizó, aunque hayan algunos idiotas ahistóricos del pa­tio y fuera de él que quie­ren canonizarlo, todos los presidentes han sido mascotas de una u otra cosa, pasando desde ser mascota de los intereses del imperialismo yanki, hasta serlo de las nacientes burguesías, en términos bo­chistas, incluyendo las medias y pequeñas que hoy se dan cita en la ininteligible sociedad dominicana.

Entonces ¿qué es un presidente mascota? Es un individuo que elegido por el pueblo, gracias a la campaña más adinerada que haga, con clientelismo, con campañas sucias, compra de cédulas y votos sale presidente del país y entonces comienza a gobernar en base a lo que se le pide antojadizamente, en base a lo que se le ocurra de momento, en base a escuchar su entor­no partidista y de nuevos amigos y obedeciendo a los intereses poderosos del país y no a las reales necesidades del pueblo, haciéndose el sordo y el ciego ante la onda de co­rrupción de su gobierno y trabajando de una manera asistencialista para tranquilizar a las masas de pobres, no sólo de recursos, sino de cerebros y de comprensión del momento, porque en lo que me­nos invierte es en la educación, ya que le conviene que el pueblo siga embru­tecido, sin capacidad crí­ti­ca, ni de análisis.

Pues bien, y ¿qué es lo que necesitamos? Necesi­tamos no presidentes mas­­cotas, necesitamos un verdadero líder con un gran sentido de la autoridad en términos del evangelio…! vaya conclusión obvia a la que he llegado!, pero, ¡pasa algo! como dije al comienzo, lamentablemente queremos un presidente mascota, no queremos en realidad un verdadero líder, pues un presidente líder con auto­ridad de verdad, nos re­cordará lo que somos y lo que tenemos, nos llamará a ser sinceros y maduros, nos invitará y hará patente una vida con una discipli­na realista, porque la vida sin disciplina es como re­coger agua sin un buen envase donde echarla y esto es un camino costoso de seguir, ante sectores de poder y un pueblo que prefiere vivir a la manga ancha, sin orden, sin institucionalidad, sin disciplina. En el 2012 parece ser que como vamos, tendremos otra mascota…! pero por Dios! ¿cuándo tendremos un verdadero líder?

P. William Arias
wilarias4@hotmail.com

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