miércoles, 8 de septiembre de 2010

Pre-adolescencia: etapa crucial

Por: Mariely Maxwel
amigodelhogar.ne



En Familia / Todos conocemos los efectos de la pubertad en los niños. Las hormonas comienzan a realizar su trabajo y a marcar las claras diferencias físicas entre niñas y niños. Es el tiempo del acné y de creerse adultos. Esta etapa que inicia a los 12 años y concluye a los 20 es esperada tanto por padres como por los niños porque está claramente definida.


Sin embargo, existe una edad biológica con igual importancia, que marca significativamente el carácter y la personalidad del niño; definiendo el adolescente en que se convertirá. Esta etapa es: La Pre-adolescencia. La misma comprende las edades de 9 a 12 años.

En esta fase los niños comienzan a preocuparse por lo que los demás piensen sobre ellos, comienzan a definir claramente sus amistades, inicia el distanciamiento con sus padres.

La fluctuación en el estado de ánimo de los niños en este período es muy frecuente. Las presiones en el colegio y las actividades extracurriculares pueden ocasionarles stress. Por lo tanto, los padres debemos estar atentos a los signos que puedan alertarnos sobre posibles depresiones y problemas emocionales.

Cada niño es único, mientras más comunicativo y abierto sean más fáciles de comprender y de ayudarles será. No obstante, cuando los niños son reservados la tarea de los padres resultas más ardua. En estos casos es necesario tomar algunas medidas para conocer y ayudar al pre-adolescente.

Es muy importante involucrarse en las actividades de su hijo. Esto es un poco difícil con las exigencias laborales, pero es una necesidad. Tratar de conocer a los padres de sus amigos, intégrese en las actividades del colegio, trate de comunicarse personalmente con el maestro o guía del curso de su hijo por lo menos una o dos veces durante el año escolar. No espere a ser llamado por algún problema.

Los padres debemos orientarnos para lograr reaccionar adecuadamente ante los retos que nos presenta la crianza. Por eso es necesario utilizar todas las herramientas que estén a nuestro alcance. Leer libros de autoayuda para cada etapa de la vida de nuestros hijos, buscar en internet sitios especializados, adquirir revistas y de ser necesario buscar ayuda profesional.

En conclusión, es indispensable mantener abierto el canal de comunicación con nuestros hijos, sobretodo en este período de su vida. Hacer una buena zapata no es sencillo, pero la obra tiene mayores probabilidades de resistir un terremoto si sus cimientos son fuertes y firmes. Este es el momento oportuno de ser el mejor apoyo para el pequeño que está dejando de ser niño.

En Familia / Mariely Maxwel

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