El cansancio de ver prevalecer la corrupción, la impunidad y los peores ejemplos en nuestra sociedad no puede hacernos olvidar que, por ahí, silentes pero trabajando afanosas, están las personas de bien.
Pensar en que el director del Departamento de Prevención de la Corrupción cifre en RD$104 mil millones lo que se ha malversado en en diez años, o sea, RD$28 millones y medio ¡por día! (RD$28,493,150.7, más exactamente) deprime, pero debe, sin embargo, encender la llama de la rebelión contra ese statu quo que se ha impuesto desde un Estado corrupto y corruptor.
Alegra entonces ver que surja una alternativa, un proyecto de ley que sale desde el propio Senado que ahora tiene el reto de decidir qué hacer con sus exorbitantes exoneraciones de vehículos y sus asignaciones “sociales” -mejor conocidas como “barrilito”- que más opacas no pueden ser.
Julio César Valentín, senador por Santiago, ha decidido no ser simpático y plantear un proyecto que busca por lo menos hacer pensar dos veces a quienes han venido disfrutando de la más descarada impunidad.
Tengo confianza en lo que viene. Conversando con un colega sobre el estado de cosas en nuestra profesión, nos preguntábamos qué debía hacerse para lograr sortear los obstáculos que tiene la libertad de expresión, el ejercicio periodístico honesto y, a fin de cuentas, la democracia.
“Tenemos que luchar”, me dijo él. “En vez de ser víctimas, tenemos que unirnos y hacer el cambio”, continuó, palabras más, palabras menos.
Como sociedad, no nos queda más remedio que decidirnos a dejar la crítica improductiva y pasiva. Hay que participar, desde los espacios que se tengan. Este país es nuestro y no podemos dejárselo a los “malos”.
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