jueves, 24 de junio de 2010

La palabra…la palabra…

rm.colombo@codetel.net.do

… y hasta sirve para llenar una columna cotidiana, aunque no tenga un tema que trascienda a las grandes mayorías nacionales.





La palabra es amiga y enemiga, negra y blanca, gruesa y magra. La palabra revolotea, huye, se detiene, avanza, corre y vuelve a detenerse, salta, se escabulle, se presenta, escapa. La palabra es luz y oscuridad, golpea y acaricia, ofende y ama, odia y se deprime, alegra, entristece y espanta. La palabra brinca, salta, se eleva, baja, canta, reclama todos los días su homenaje, pero nunca calla. La palabra es ajena, personal, propiedad de nadie, tuya, mía y suya, silenciosa y abierta, pensamiento, voz, esencia humana. La palabra nombra todas las cosas, hace gestas, crea pueblos y nacionalidades, borra fronteras, lleva a las guerras y logra las paces. La palabra recorre campos, caminos, urbes, parajes y ciudades, llega a todas las casas, provoca sentimientos, mueve voluntades, organiza los hechos de cada jornada, trabaja en los diarios, se transmuta en noticias, títulos, galeras, editoriales… y hasta sirve para llenar una columna cotidiana, aunque no tenga un tema que trascienda a las grandes mayorías nacionales.

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