Eternizar la impunidad para eternizar el abuso, es el aberrante propósito de grupos de poder que buscan prolongar los privilegios que este podrido sistema les ha otorgado, además de disfrutarlos sin estorbo.
Este propósito impulsa los recientes atentados a la libertad de expresión y los intentos de despojar de sus más pesadas culpas a Joaquín Balaguer y Rafael Leonidas Trujillo, padres del actual sistema político y gestores de esta podredumbre.
Hay que decir que el abogado y comunicador de Santiago Jordi Veras está vivo porque, afortunadamente, fallaron quienes intentaron darle muerte, experimentados sicarios, a todas luces.
El abogado y articulista Ramón Antonio Veras, es el padre de Jordi, pero es obvio que el padre de los sicarios que balearon a este joven son la impunidad reinante y la condición de intocables que protege a delincuentes de saco y corbata y en muchos casos también de uniforme.
A este hecho, hay que añadir la amenaza contra el periodista Marino Zapete, quien tras la denuncia de que podrían darle muerte, se niega a aceptar escolta policial porque responsabiliza al propio jefe de la Policía, Rafael Guillermo Guzmán Fermín.
Esta situación hay que colocarla entre el atentado contra Jordi Veras y la intimidación contra la periodista Alicia Ortega, pues Héctor Rodríguez Pimentel, director del Instituto Agrario Dominicano, ex director del Indrhi y siempre con dinero del Estado bajo su control, instruyó a sus abogados para que comuniquen a las empresas con anuncios en el espacio de Ortega, que podrían ser sometidas a la Justicia si ella insiste en presentarlo como corrupto.
Intento de asesinato, amenaza y apresto de ahogo económico, son tres recursos para disfrutar sin estorbo la impunidad.
Esto ocurre en el terreno de los hechos. En el de las ideas, se destaca el intento de limpiar de culpa a Joaquín Balaguer y sus colaboradores por la desaparición de Narciso González y el asesinato de Orlando Martínez, y la afirmación de que Rafael Leonidas Trujillo no fue responsable del asesinato de las hemanas Mirabal.
El suicidio de Narcisazo y la acción solitaria de la Gulf And Western en el asesinato de Orlando Martínez, son planteados en un libro de la autoría del periodista Oscar López Reyes. La afirmación de que Trujillo conoció el asesinato de las hermanas Mirabal después de consumado, es de la autoría de José Miguel Soto Jiménez, ex ministro de las Fuerzas Armadas, quien en una ocasión dejó sonar en esa sede, ante muchos invitados, el merengue Recogiendo Limosna, compuesto para alabar a Trujillo.
Es deber de conciencia hacer entender a los abusadores de hoy que no podrán imponer en el futuro versiones de suicidio o de ignorancia... El dinero sucio no se perfuma y las manchas de sangre no se ocultan... Para los criminales, no habrá remedio.
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