Colombo.-
Angustiado por la existencia de clases y por la lucha de clases que, niéguelo o no, ahí está, el Reaccionario Puro puso en marcha un plan de transformación hacia la Sociedad Perfecta:
1.-Eliminó a la clase obrera (con sus demandas salariales, sus exigencias de democracia, sus paridades de derechos, sus búsquedas de coparticipación).
2.-Eliminó al campesinado (con sus aspiraciones agraristas, con sus peticiones de igualdad, sus ilusiones de alegre sol mañanero sobre la ubérrima campiña).
3.-Eliminó sin compasión, uno por uno, todos los estratos de la clase media (con sus demandas de ascenso, con sus exigencias de modernización del status quo, con sus frivolidades ideológicas).
Pero finalmente se frustró: la Sociedad Perfecta del Reaccionario Puro ya no necesitaba ejército, ni moneda, ni Estado predominante. Así, resultó una sociedad sin clases, donde todos tenían que trabajar regidos por el sentido común de la Anarquía y con un solo lema: “Todos somos iguales”. (De ahí lo peligroso de ser un Reaccionario Puro que no conoce el sentido irreversible de la historia).
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