Por: Pascual Ortiz
l de ll
Y llegaron ellos
con la espada y la cruz
disfrasados de cristianos
Hay
y nos abrieron el costado
como el de Cristo.
La sangre corrió por nuestras tierras
Y sacrifico nuestra vida terrena
no así
la eterna.
Una sombra de muerte
cubrió el horizonte
y el cielo
la luna
lloraron de pena.
Mientras los cuerpos adoloridos
que aun quedaron vivo
fueron controlado por el inquisidor
que con cara de loco
sometía a la población
a crueles trabajos forzados.
Y el cazador de fortuna
para la corona
fue vencido por los dioses usureros y asesinos
del imperio genocida.
La casa de los abuelos/as heroicos/as
en poco tiempo moría.
El mundo de la tierra materna
sucumbía en las lanzas del animal torturador
que con la piel blanca
y los ojos de perros
destruía la vida
humana y natural
por el oro.
Ningún niño/a
fueron perdonado
pasaron también por las espadas
del conquistador enfermo
La convivencia pacífica del paraíso
fue despojada del suelo
por un reino
que ellos
subieron al cielo inalcanzable.
Desde aquel día
el alma en la casa grande
no volvió a tener paz
Todo quedo como muerto
mientras el veneno maldito
que fue lanzado a la tierra
dejo todo cubierto de cruces
El ruido de cantos bañado de sangre
se arrastraba
Y las palabras en la oscuridad del tiempo
Iba de voz en voz
lo imposible
se hará posible
susurraba
por hacer posible vivir.
Continua…
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