Encuentro Laicos/as Misioneros/as de los Sagrados Corazones – de Jesús y
María. 7,8 y 9.- octubre 2022. La islita, Santiago. -
Por: Pascual
Ortiz
Hola familia
sacricordiana, un abrazo cercano y de esperanza para cada uno, cada una de
ustedes. Qué bueno que después del sunami del covid-19, podemos vernos de
cerca.
El Covid - 19
llego sin que nadie lo “invitara”, (Hay duda sobre esto) lo
esperara, sin dar tiempo a que alguien se preparara. Llego sigiloso, como una
situación de salud manejable. El ser humano se creía preparado científicamente,
tecnológicamente y socialmente para cualquier eventualidad. (Is 36,18-20) No
importaba la magnitud de la misma. Sin embargo, la realidad nos mostro que no
era, ni es así.
Todos sentimos
la vulnerabilidad humana y la situación de que no importaba el dinero, el
poder, la fama; que tan cerca de Dios se sintiera el ser humano. Ahora bien, en el transcurso de la pandemia se
hizo presente la solidaridad, pero también como quienes tenían y tienen el
poder (económico-religioso) sacaron ventaja y aumentaron sus ingresos económico
y político. (Is. 37,5-7)
El mundo que
parecía inalcanzable, inmenso, excluyente, dividido entre buenos y malos. De
repente, nos vimos de cerca, afligido, iguales. Frágil ante una realidad, que
tocaba a todos no por igual, pero si derrumbo todas las fantasías aparentes y
todopoderosa de los poderes imperiales, de los machistas que se creían dioses y
privilegiados de los patriarcados históricos y bendecido por su dios del
mercantilismo destructor. (Mc. 8, 11-13)
Había en mucho
ciudadanos, ciudadanas, creyentes y no creyentes. La sensación de que había
llegado el momento de cambiar, de darle un giro a la vida humana. De volver a
vivir con menos, pero con más solidaridad, sin destruir la naturaleza, ni al
ser humano. Una nueva humanidad en el horizonte. Una nueva manera de
relacionarnos con Dios se percibía en la vida humana, las religiones. Fueron
pasando los días, los meses, los anos. ¡Y volvimos a la misma rutina! (Lc.
6,25-26).
Nadie podía exhibir
tener más poder que el otro. Por eso se viene dando un cambio en el poder hegemónico
de los Estados Unidos y aliados. El mundo siguió sacudido por las guerras, los
conflictos de intereses puramente económico, tecnológico, científico. Para
seguir dominando al ser humano, para seguir explotando la madre tierra. De lo
peor, no sacamos lo mejor, sino que volvimos la mirada atrás. ¡Y seguir
destruyendo y destruyéndonos! (Lc. 6, 43-46).
Nosotros los
Misioneros de los Sagrados Corazones, vivimos también ese proceso. Nuestra fe se
vio atravesada por la realidad que vivimos en nuestro entorno familiar,
comunitario, laboral, cultural, político, educación, religion; del manejo de la
economía y las políticas sociales que impone quienes gobiernan. Además, está la
situación mundial. Cuya realidad influye en la situación de nuestro país. Es
que vivimos en un mundo que es cada vez mas pequeño. Y lo que se haga allá,
influye aquí, no siempre lo que se haga aquí, influirá más allá.
Llevamos hoy esa
marca del dolor por la perdida de un familiar, un amigo, no conocido. La
situación del ser humano y la naturaleza nos mostro que somos débiles, frágiles
creaturas humanas, hijo e hija de un Dios toda misericordia. Eso nos fortaleció
y nos fortalece en la fe y esperanza de que su amor esta ahí, esperando solo
nuestra decisión; ¡ven sígueme! Porque yo soy la luz del mundo (Jn. 8,12)
Nuestra mirada
hacia atrás, no fue por fortaleza, ¡sino por miedo! A perder la fe, la vida.
Pero, jamás dejamos de creer en la verdad que libera, Jesús. (Jn. 8,31-32)
PARA TRABAJAR EN GRUPO.-
¿Delante ese mundo roto, Como percibimos
la situación que vivimos?
1.- El trabajo,
está bien pagado, ¿se consigue fácil?
2.- ¿Salud y
seguridad social, es asequible a todos y todas?
3.- ¿El sistema
educativo, el presupuesto asignado 4%, se está ejecutando?
4.- ¿La
inflación en los precios de la alimentación, energía eléctrica, como lo
evalúan?
5.- La seguridad
ciudadana, en su comunidad. ¿Pueden salir con confianza?
6.- Como ve la
convivencia con Haití y como debe ser?
7.- “Sabemos que hasta ahora la humanidad entera
esta gimiendo con dolores de parto” (Rom. 8,22). Que respuestas daremos al
mundo, desde nuestra espiritualidad de los Sagrados Corazones.
8.- En Lucas encontramos
las respuestas de Jesús, al mundo. “El
Espíritu del Señor esta sobre mí, porque él me ha ungido para que de la Buena
Nueva a los Pobres; Me ha enviado a anunciar la libertad a los cautivos y la
vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el
ano de gracia del Señor.” (Lc. 3,18-19). ¿Podemos nosotros, hombre y mujeres de hoy,
como Jesús; dar esa respuesta al mundo? ¿Como hacerlo?